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sábado, 28 de noviembre de 2015

Vallejo en los Infiernos



NOTA DE PRENSA 



“Vallejo en los infiernos” se presenta el 18 de noviembre en la Casa Museo Almirante Grau en Piura “Vallejo en los infiernos”, la novela biográfica sobre César Vallejo, reeditada esta vez por la Derrama Magisterial, se presenta en alianza estratégica con la Asociación Civil Feria Internacional de Libro de Piura. La entrada es libre. Estará presente al autor del libro, el escritor Eduardo Gonzalez-Viaña. Harán los comentarios el reconocido poeta Dr. Luis Vásquez Coronel, nos acompañara con sus comentarios el Dr. Juan Carlos Adriazola Silva reconocido historiador y Director de la Casa Museo Gran Almirante Grau y el reconocido Dr. SigifredoBurneo Sánchez escritor, poeta y Director del Centro Cultural de la Universidad Nacional de Piura. Contaremos con la grata presencia del Presidente de Derrama Magisterial, Pablo Helí Ocaña Alejo y el Presidente de la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura, Landy Ronald Arrunátegui Vilela. La obra narra la difícil etapa, entre noviembre de 1920 y marzo de 1921, en que Vallejo estuvo preso en la cárcel de Trujillo, acusado falsamente de un atentado terrorista. Aquel período marcaría su vida y es la explicación de la obra poética que escribiría después. La crítica ha calificado este libro como indispensable para comprender a Vallejo, y tan fascinante como la vida y obra del primero de nuestros poetas. Publicada ya en diferentes países e idiomas, esta novela cautivó a los lectores británicos en la traducción de Stephen M. Hart, que se presentó en Londres a comienzos de este año. Fue, además, una de las obras más adquiridas por el público en la reciente Feria Internacional del Libro de Turín, Italia. Autor de unos cuarenta títulos, catedrático en los Estados Unidos, Premio Internacional de Novela en ese país, Premio Nacional de Fomento a la Cultura del Perú, Premio Internacional Juan Rulfo de narrativa, Medalla Del Congreso Peruano por unánime decisión multipartidaria, Doctor Honoris Causa de unas doce universidades, entre otros de sus galardones, González Viaña ha expresado en sus obras la esforzada y milagrosa epopeya de la inmigración hispanoamericana en los Estados Unidos. Su novela El corrido de Dante es considerada como un clásico de la inmigración en Estados Unidos. Por ese libro, en julio del 2007, González Viaña obtuvo el Premio Latino Internacional de Novela de los Estados Unidos en un evento muy comentado por la crítica norteamericana en el que el segundo premio fue compartido por las reconocidas novelistas Gioconda Belli e Isabel Allende. El autor publica cada semana “El Correo de Salem”, una columna periodística que aparece simultáneamente en decenas de diarios de América y en la cadena peninsular de “La Nueva España”. Además de vibrante defensa de los inmigrantes, esa columna intenta ser una radiografía de la vida norteamericana.


Intervención
Lic. Landy Ronald Arrunátegui Vilela
Presidente  de la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura.

Buenas noches Señor Pablo Helí Ocaña Alejo Presidente de la Derrama Magisterial Sede Lima, Señor Roque Mondragón Abad Supervisor de la Derrama Sede Piura, entrañable amigo Eduardo González Viaña escritor de la novela Vallejo en los Infiernos, Señor escritor y poeta Sigifredo Burneo Sánches, Señor poeta Luis Vásquez Coronel, Señor Historiador Juan Carlos Adriazola silva Director de la Casa Museo grau,  amigos y amigas estoy enormemente complacido de tenerlos a ustedes en esta casa majestuosa y llena de historia porque Piura tiene a Don Miguel Grau Seminario un piurano noble y caballero.
Es así como la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura después de dos meses volvemos a ponernos de pie para empezar nuestra proyecto cultural y de fomento a la lectura con esta presentación del libro “Vallejo en los Infiernos” del reconocido escritor Eduardo Gonzáles Viaña y que es editado por la Derrama Magisterial.
Es en este sentido como Presidente de la Asociación Civil FILPI quiero agradecer al profesor Pablo Helí Ocaña Alejo por la alianza estratégica que se ha iniciado hoy y que esperamos unir esfuerzos para seguir propagando la cultura en esta región maravillosa como lo es Piura.
Agradecer a todas las instituciones que desde su apoyo incondicional nos muestran su apoyo permanente a la cultura y al trabajo que realizamos para todos los piuranos esperamos que en estos últimos meses del 2015 y el 2016 nos llenemos de actividades culturales gratuitas para todos los amantes de los libros y de la cultura.

Y como lo dijo Cesar Vallejo quiero terminar diciendo “Saber más, es ser más libre” muchas gracias por venir esta noche.




Intervención
Dr. Juan Carlos Adriazola Silva
Vicepresidente  de la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura.

Señoras y Señores:

Ante todo deseo saludar muy efusivamente la presencia del Dr. Eduardo González Viaña, destacado escritor peruano y profesor de la Universidad de Oregón en los Estados Unidos de América, quien ha tenido la gentileza de estar con nosotros esta noche, en la que se presenta en la ciudad de Piura la quinta edición de su novela Vallejo en los infiernos, esta vez una obra con ribetes biográficos, sobre la trayectoria vital del poeta César Vallejo Mendoza, una de las cumbres literarias de la primera mitad del siglo XX en el Perú.
Tócame en mi intervención, dar un vistazo a uno de los acontecimientos que marcarona Vallejo durante su paso por este mundo, cuando residía exactamente en Trujillo, y era apenas un joven universitario con muchos sueños y ansias de progreso. Ese suceso fue su encarcelamiento injusto por parte del Poder Judicial del departamento de La Libertad, por su supuesta participación en actos políticos sediciosos de afiliación socialista, según calificó y argumentó enfáticamente el juezad hoc que lo envió a prisión.

Pocos saben  quizá que Vallejo, mientras  estudiaba  Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Trujillo entre los años 1915 y 1917,  al reconocérsele su calidad de “alumno distinguido de la Facultad de Jurisprudencia y al hecho de haber colaborado con su padre en las actividades de defensor de pleitos”, la Corte Superior de Justicia de La Libertad, lo  nombró  como juez de paz de Primera Nominación del Tribunal Correccional de Trujillo, el 6 de diciembre de 1916, cargo que ejerció por el lapso de un año.
No obstante,  un hecho posterior  marcaría al vate de modo indeleble, sería el proceso que se le siguió luego de los sucesos ocurridos en Santiago de Chuco el 1 de agosto de 1920. Lugar al que regresó con motivo de la festividad del Apóstol Santiago El Mayor, patrono jurado de su tierra natal.En Santiago de Chuco ocurre un incendio y saqueo de una casa, perteneciente a la acomodada familia de apellido Santa María, del cual se acusa injustamente a Vallejo, como participante y azuzador. Al principio, él se escondió, pero es descubierto, apresado y recluido en un frío y tenebroso calabozo de la  Penitenciaria de Trujillo, donde permaneció durante 112 días (del 6 de noviembre de 1920 al 26 de febrero de 1921). Su liberación fue fruto de las protestas y reclamo formal que  hizo la juventud universitaria e intelectual de todo el Perú. Aunque Vallejo fue al fin liberado de la cárcel, el proceso jurídico continuó en los años sucesivos. El libro que nos entrega González Viaña versa justamente sobre esta dolorosa etapaen la que el vate santiagochuquino sufrió prisión, o para decirlo metafóricamente “bajo a los infiernos”.
Vale recordar que este periodo de encarcelamiento,no es para Vallejo un tiempo inútil o perdido dentro de su biografía, sino, por el contrario, un tiempo de lectura incesante  y profunda reflexión personal acerca del hombre, el mundo y las cosas. Y como  Dante Alighieri que visita el infierno acompañado del poeta Virgilio, González Viaña, con la técnica narrativa que lo caracteriza, nos lleva a través de su relato a sondear los vericuetos más sensibles del alma y  de la condición humana.
En la cárcel, Vallejo esgrime su  pluma para calmar su sed de justicia. Allí nacerán de su estro poético  la mayoría de versos que integran "Trilce" y los relatos de "Escalas”. Nótese –refiere Ricardo González Vigil– que este es su título real y no “Escalas Melografiadas” como se le ha llamado después, porque Vallejo quiere aprovechar el doble significado de una “escala”: la de escalera de mano para escapar de los muros de la prisión, y el de la escala musical, aquí de seis notas o textos que anhelan la séptima nota, seguidos de una sección denominada “coro de vientos”, para reforzar la connotación musical.
En “Trilce” César Vallejo, puntualiza Danilo Sánchez Lihón, ya no versifica ni compone; le importa, sobre todo, la sensación, la emoción y el vuelo del genio que marcan el ritmo, que imponen el tono y el gesto en la expresión, dejando caer o surgir la palabra en la química pura de la poesía, sin andamiajes ni soportes, donde está el abismo nato, donde las palabras explotan o afloran con libertad absoluta, con un impulso vital inatajable, con una libertad que asombra y estremece, con un poder que ciega y que espanta.El lenguaje de “Trilce” es fundacional, las palabras emergen como placas tectónicas de un subsuelo en estado de sismo, de tragedia cósmica, donde se entresacan no sólo palabras nuevas, inusitadas y asombrosas –como si ellas hubiesen estado esperando siglos o milenios para ser liberadas– para surgir rotundas y naturales desde un infinito inaugural, donde se vuelven a designar las cosas y las situaciones por vez primera, como si se descubriese otra vez la realidad, o como si la vida –advertida a pedazos– se mostrase entera, como si este mundo fuera a la vez otro mundo.
A pesar de lo hermoso que este tiempo de prisión ha despertado  en su espíritu, Vallejo no lo podrá olvidar jamás y lo habría de recordar con estas palabras textuales:“El momento más grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú“. Por esos días de cautiverio escribió también premonitoriamente: “En suma, no poseo para expresar mi vida, sino mi muerte”.
Al cumplirse los 90 años de su encarcelamiento,bien vale recordarlo ahora, el Poder Judicial del Perú, a través de un ilustre piurano(de Chulucanas para ser más exacto),  que ejercía entonces la Presidencia de la Corte Suprema de la República, Dr. Francisco Távara Córdova, tuvo a bien desagraviar, por primera vez en toda la historia peruana, a César Vallejo Mendoza,  llamándolo “injusto reo” y con ese motivo organizó una serie de actividades académicas  en su homenaje, que se desarrollaron en  el Instituto de Estudios Vallejianos de la Universidad Nacional de Trujillo, e1 14 de noviembre del 2007. Universidad en la que como ha quedado dicho Vallejo estudió antes de viajar a Francia para nunca más volver al Perú.En esa ocasión, el Dr. Távara entregó  al Rector de la Universidad Nacional de Trujillo, así como  al Sr. Napoleón Cieza Burga, Director del Archivo Regional de Trujillo, sendas copias  del expediente judicial de Vallejo, empastado en dos tomos para el estudio de los investigadores que por largos años habían intentado leer el expediente de ese proceso judicial“desaparecido”, y del cual Vallejo, dicho sea de paso, nunca fue absuelto. Razón por la cual, nos aclara González Viña, el vate peruano no pudo jamás regresar de París. Pero lo más importante de todo esto sea quizá que de la obra literaria juvenil de encarcelado, Vallejo nos ha legado una experiencia de vida marcada con un sentido espiritual y eterno, de tan aguda y honda sensibilidad, que se tradujo en poesía inmortal que aún hoyconmueve al mundo, con casi un siglo de vigencia.
La nueva novela que el escritor peruano Eduardo Gonzalez Viaña nos entrega esta noche,titulada: Valllejo en los Infiernos, es también un nuevo acto de desagravio para con  ese peruano ilustre que murió en París con aguacero, el 15 de abril de 1938. Queridos amigos, los invito, pues, a leer las páginas de esta novela biográfica  con la altura e intensidad que Vallejo requiere.
Muchas gracias.


Intervención
Dr. Sigifredo Burneo Sánchez
Director General Instituto de Arte y Cultura Universidad Nacional de Piura.

ESTRUCTURA LITERARIA
En la novela Vallejo en los infiernos, de Eduardo Gonzáles Viaña, se parte de un hecho histórico real, muy conocido en la biografía del poeta César Vallejo, relacionado con los meses que pasó en prisión debido a la componenda nacional sempiterna entre propietarios adinerados y miembros venales del poder judicial.  La necesidad gubernamental de silenciar a las personalidades inteligentes que ejercen crítica racional sobre un modelo económico injusto, basado en la explotación inmisericorde, condujo a César Vallejo a las sombras y a la ignominia de la cárcel trujillana. No en vano escribió el poeta, atribuyéndolo a una voz anónima, que “el momento más grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú”. El funesto acontecimiento sirve para que la novela de Gonzáles Viaña se organice y desarrolle en más de un plano.
La estructura básica de la novela es, sin duda, la técnica lineal; ya que la novela puede leerse como una historia secuencial, donde los acontecimientos suceden uno detrás de otro, respetando la línea temporal a que hemos acostumbrado nuestro pensamiento occidental. Hay también un lugar donde se desarrollan los sucesos objetivos, que es la cárcel de Trujillo y hay una historia central, que es el tiempo encarcelado del poeta. Sin embargo, hay también alternancias paralelas: la primera de la cuales está constituida por los recuerdos personales del personaje presentados a manera de un monólogo interior, que pretenden diseñar la imagen vallejiana como una personalidad en continuo proceso reflexivo sobre sí mismo y sobre los acontecimientos familiares y sociales. Otra alternancia está formada por la carga emocional y creativa del poeta, que brinda felices hallazgos literarios del autor, al suponer los rasgos característicos del pensamiento poético de Vallejo y al enlazar los acontecimientos propios de la investigación biográfica con su presencia en los versos pertinentes. De esta manera, la presencia de técnicas narrativas modernas, como el flash back y el racconto, enriquecen la estructura básica de la novela y terminan proponiendo un mundo complicado y versátil, que acontece ya no únicamente en la cárcel de Trujillo, sino en ese ámbito misterioso y ambivalente que está entre lo diurno y lo nocturno, entre la realidad y la ficción, entre la vigilia y el sueño.
“El infierno es ese lugar donde no se ama” dice un verso de Teresa de Ávila; y, realmente, la novela identifica la cárcel con el infierno, permitiendo la deducción de un mundo donde el odio y la crueldad son referentes indispensables. En ese mundo es donde Vallejo afronta su realidad inmediata de presidiario; pero, también, el lugar donde realiza una serie interminable de procesos psíquicos, tanto de valor individual como de valor social. El ideal estético, permanente eje orientador de su vida, se manifiesta en relaciones emotivas de amor erótico, de solidaridad social y de concepción ideológica.
La estructura de la novela, entonces, responde a las necesidades creativas del autor, tratando de cubrir los aspectos relacionados con las incidencias del relato, con los agregados ficticios y con la carga ideológica que ejerce una severa crítica sobre la realidad histórica peruana.


Intervención
Dr. Luis Antonio Vásquez Coronel
Asesor Cultural Asociación Civil Feria Internacional Del Libro De Piura

Agradezco la oportunidad que me brindan la Derrama Magisterial, a su presidente: Lic. Pablo Elí Ocaña, y a la Asociación Feria Internacional del Libro de Piura, a su presidente: Lic. Landy Arrunátegui Vilela, para comentar el libro de nuestro poeta universal, César Vallejo, escrito por un escritor ya universal, porque Eduardo Gonzales Viaña, por décadas, se ha convertido en la voz de los inmigrantes, de los sin tierra, primero desde Estados Unidos, y luego de los inmigrantes de cualquier lugar del mundo. Recuerdo cómo, en mi pueblo natal, esperaba semanalmente su Correo de Salem, a través de las páginas de un diario, para descubrir cómo la lejanía del terruño lo revestía con inquietud, con nuevos bríos, y lo perfilaba con nuevas aristas. Un ejemplo que me preparaba para cuando tuviera que dejar mi pueblo natal. Mi padre,Jesús Vásquez Barboza, quien nació en Chepèn, pueblo natal de Eduardo Gonzales Viaña, también debió emigrar hacia el Chimbote del boom de la pesca, en la década de 1960. Es decir, estamos hermanados.
Y César Vallejo, sí, fue un inmigrante. Gonzales Viaña debe haber reconocido en él a uno de los suyos, y así a esa melancolía enervante, a esa marea creativa que empuja las limitaciones hasta transformarla. Como bien lo definió Vincent Van Gogh, el genial pintor holandés: “Amo la depresión que crea no la que estanca”. ¡Esa es, pues, amigos, la prueba de la vida!
¿Cuál es la prueba que pasa un poeta para perseverar en la conciencia de su gente? La simplicidad profunda.Oxímoron, paradoja o lo que sea, pero  apuesto a que no sólo el académico, sino también el ciudadano de a pie, el tendero, el cobrador de combi y hasta el canillita reconocerán, y hasta recitarán algunos de los versos, al sonido de: “Me moriré en París…”,“Y yo que me la llevé al río….” o “Puedo escribir los versos…”.La prueba más reciente de la actualidad de nuestro poeta, César Vallejo, inesperada por de quien viene, se dio hace unas semanas atrás, cuando la Jefa del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, en su visita a nuestro país nos exhortó: “Hay, hermanos, muchísimo que hacer.” En el mejor de los casos, esta honorable señora ya es de los nuestros, o simplemente pretende hablarnos en nuestro mismo idioma, vallejo- humano-espiritual.
Por eso, Vallejo en los Infiernos, de Eduardo Gonzales Viaña muy contrario a la previsibilidad, a la asunción, a lo que tenemos por sentado con respecto del poeta, es desde ya un ícono; y si aún no se le considera como tal, de todas maneras, puedo asegurarlo, el tiempo le hará irrefrenable, abrumadora justicia. Porque Vallejo en los Infiernos para hablar en términos actuales es una Vallejopedia.Pues, Eduardo Gonzales Viaña tiene como punto de partida para escribir esta obra una entrevista de hace 50 años al filósofo Antenor Orrego, amigo íntimo del poeta en Trujillo donde éste amó y odió como nunca,y de quien, nos enteramos en el libro, renunció a un viaje a París para favorecerlo; gestando así los resultados que hacen posible, incluso, que esta noche estemos aquí reunidos. Además, el escritor de Vallejo en los infiernos tiene el único y, hasta donde sé, exclusivo privilegio de tener acceso a documentos de primera mano, como el diario de una de las mujeres que más amó y sufrió el poeta, y algo que sinceramente a mí me emocionó tanto que me ha sumido en una vigilia incalculable: una hoja de puño y letra de César Vallejo, donde enumera sus sueños recurrentes, y entre ellos uno que lo agobia para siempre: la cabalgata de unos heraldos negros.En este libro, sólo para dar otro dato adicional, el lector podrá descubrir la identidad de la andina Rita de junco y capulí y de cómo un grupo de intelectuales, como nunca se ha vuelto a dar en el Perú, ni en otros países hermanos, latinoamericanos, se amalgama y complementan el quehacer literario con el activismo político, activismo palpable y sobre todo fructífero, como en las épocas de Cervantes y Lope de Vega.
Consecuentemente, no esperen, señores lectores, que la imagen parda, cohibida y misteriosa que Ud. prefigura del poeta coincida con el que Gonzales Viaña no sólo describe, sino que abunda, fundamenta en su biografía novelada que esta noche se presenta.Recuerdo a uno de los críticos literarios más polémicos e influyentes de las últimas décadas, el Profesor Harold Bloom, cuando después de ver la película hollywoodense “Shakespeare enamorado” comentó cómo se resistía a aceptar que el dramaturgo inglés alguna vez en su vida haya blandido espadas, en reyertas temerarias para su sensibilidad. Algo parecido me sucedió con la lectura de Vallejo en los infiernos, hasta tuve cierta angustia cuando  imaginé a nuestro poeta enfrentando, decidido, la fuga de un alto mando militar corrupto, ¡qué actual es esta obra!, en medio de un incendio descomunal. Temí que se le arrugara el terno que todo le conocemos, cuando finalmente fui yo el que acabo con los crespos hechos, por esa escena tan bravía, contracorriente.
Por último, ya sé que en la presentación de un libro lo más importante es la palabra de su autor, pero quiero compartir una reciente experiencia, con la pequeña hija de unos amigos muy queridos,Seneida,quien al ver el libro que esta noche se presenta que  yo llevaba entre manos me dijo: “A mí me gustan sus poemas”. Yo dudé al instante que a una niña le pudieran interesar o más aún gustar unos poemas que siempre han traído el sello del sufrimiento, del abatimiento. Entonces, me dediqué  a indagar el porqué , y  sólo, recordando la novísima lectura,  y  cuyo descubrimiento, mejor dicho cincelado, agradezco a Eduardo Gonzales Viaña, hallé la respuesta: César Vallejo es un adalid de nuestra ironía, peruana, universal. Sólo así, no tomándose muy en serio la vida como se nos impone, ni siquiera las creencias que la alimentan o descomponen, improvisándola, luego podemos reconstruirla.
Muchas gracias.









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