NOTA DE PRENSA
“Vallejo en
los infiernos” se presenta el 18 de noviembre en la Casa Museo Almirante Grau
en Piura “Vallejo en los infiernos”, la novela biográfica sobre César Vallejo,
reeditada esta vez por la Derrama Magisterial, se presenta en alianza estratégica con la Asociación Civil Feria Internacional de
Libro de Piura. La entrada es libre. Estará presente al autor del libro, el
escritor Eduardo Gonzalez-Viaña. Harán los comentarios el reconocido poeta Dr.
Luis Vásquez Coronel, nos acompañara con sus comentarios el Dr. Juan Carlos
Adriazola Silva reconocido historiador y Director de la Casa Museo Gran
Almirante Grau y el reconocido Dr. SigifredoBurneo Sánchez escritor, poeta y
Director del Centro Cultural de la Universidad Nacional de Piura. Contaremos
con la grata presencia del Presidente de Derrama Magisterial, Pablo Helí Ocaña
Alejo y el Presidente de la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de
Piura, Landy Ronald Arrunátegui Vilela. La obra narra la difícil etapa, entre
noviembre de 1920 y marzo de 1921, en que Vallejo estuvo preso en la cárcel de
Trujillo, acusado falsamente de un atentado terrorista. Aquel período marcaría
su vida y es la explicación de la obra poética que escribiría después. La
crítica ha calificado este libro como indispensable para comprender a Vallejo,
y tan fascinante como la vida y obra del primero de nuestros poetas. Publicada
ya en diferentes países e idiomas, esta novela cautivó a los lectores
británicos en la traducción de Stephen M. Hart, que se presentó en Londres a
comienzos de este año. Fue, además, una de las obras más adquiridas por el
público en la reciente Feria Internacional del Libro de Turín, Italia. Autor de
unos cuarenta títulos, catedrático en los Estados Unidos, Premio Internacional
de Novela en ese país, Premio Nacional de Fomento a la Cultura del Perú, Premio
Internacional Juan Rulfo de narrativa, Medalla Del Congreso Peruano por unánime
decisión multipartidaria, Doctor Honoris Causa de unas doce universidades,
entre otros de sus galardones, González Viaña ha expresado en sus obras la
esforzada y milagrosa epopeya de la inmigración hispanoamericana en los Estados
Unidos. Su novela El corrido de Dante es considerada como un clásico de la
inmigración en Estados Unidos. Por ese libro, en julio del 2007, González Viaña
obtuvo el Premio Latino Internacional de Novela de los Estados Unidos en un
evento muy comentado por la crítica norteamericana en el que el segundo premio
fue compartido por las reconocidas novelistas Gioconda Belli e Isabel Allende.
El autor publica cada semana “El Correo de Salem”, una columna periodística que
aparece simultáneamente en decenas de diarios de América y en la cadena
peninsular de “La Nueva España”. Además de vibrante defensa de los inmigrantes,
esa columna intenta ser una radiografía de la vida norteamericana.
Intervención
Lic. Landy Ronald Arrunátegui Vilela
Presidente de la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura.
Buenas
noches Señor Pablo Helí Ocaña Alejo Presidente de la Derrama Magisterial Sede Lima,
Señor Roque Mondragón Abad Supervisor de la Derrama Sede Piura, entrañable
amigo Eduardo González Viaña escritor de la novela Vallejo en los Infiernos, Señor
escritor y poeta Sigifredo Burneo Sánches, Señor poeta Luis Vásquez Coronel, Señor
Historiador Juan Carlos Adriazola silva Director de la Casa Museo grau, amigos y amigas estoy enormemente complacido
de tenerlos a ustedes en esta casa majestuosa y llena de historia porque Piura
tiene a Don Miguel Grau Seminario un piurano noble y caballero.
Es así como
la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura después de dos meses
volvemos a ponernos de pie para empezar nuestra proyecto cultural y de fomento
a la lectura con esta presentación del libro “Vallejo en los Infiernos” del
reconocido escritor Eduardo Gonzáles Viaña y que es editado por la Derrama Magisterial.
Es en este
sentido como Presidente de la Asociación Civil FILPI quiero agradecer al
profesor Pablo Helí Ocaña Alejo por la alianza estratégica que se ha iniciado
hoy y que esperamos unir esfuerzos para seguir propagando la cultura en esta
región maravillosa como lo es Piura.
Agradecer a
todas las instituciones que desde su apoyo incondicional nos muestran su apoyo
permanente a la cultura y al trabajo que realizamos para todos los piuranos
esperamos que en estos últimos meses del 2015 y el 2016 nos llenemos de
actividades culturales gratuitas para todos los amantes de los libros y de la
cultura.
Y como lo
dijo Cesar Vallejo quiero terminar diciendo “Saber más, es ser más libre” muchas gracias por venir esta noche.
Intervención
Dr. Juan Carlos Adriazola Silva
Vicepresidente de la Asociación Civil Feria Internacional del Libro de Piura.
Señoras
y Señores:
Ante todo deseo saludar muy efusivamente la presencia del Dr. Eduardo González Viaña, destacado escritor peruano y profesor de la Universidad de Oregón en los Estados Unidos de América, quien ha tenido la gentileza de estar con nosotros esta noche, en la que se presenta en la ciudad de Piura la quinta edición de su novela Vallejo en los infiernos, esta vez una obra con ribetes biográficos, sobre la trayectoria vital del poeta César Vallejo Mendoza, una de las cumbres literarias de la primera mitad del siglo XX en el Perú.
Tócame en mi intervención, dar un vistazo a uno de los acontecimientos que marcarona Vallejo durante su paso por este mundo, cuando residía exactamente en Trujillo, y era apenas un joven universitario con muchos sueños y ansias de progreso. Ese suceso fue su encarcelamiento injusto por parte del Poder Judicial del departamento de La Libertad, por su supuesta participación en actos políticos sediciosos de afiliación socialista, según calificó y argumentó enfáticamente el juezad hoc que lo envió a prisión.
Pocos
saben quizá que Vallejo, mientras estudiaba Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad
Nacional de Trujillo entre los años 1915 y 1917, al reconocérsele su calidad de “alumno
distinguido de la Facultad de Jurisprudencia y al hecho de haber colaborado con
su padre en las actividades de defensor de pleitos”, la Corte Superior de
Justicia de La Libertad, lo nombró como juez de paz de Primera Nominación del
Tribunal Correccional de Trujillo, el 6 de diciembre de 1916, cargo que ejerció
por el lapso de un año.
No
obstante, un hecho posterior marcaría al vate de modo indeleble, sería el
proceso que se le siguió luego de los sucesos ocurridos en Santiago de Chuco el
1 de agosto de 1920. Lugar al que regresó con motivo de la festividad del
Apóstol Santiago El Mayor, patrono jurado de su tierra natal.En Santiago de Chuco ocurre un incendio y saqueo de una
casa, perteneciente a la acomodada familia de apellido Santa María, del cual se
acusa injustamente a Vallejo, como participante y azuzador. Al principio, él se
escondió, pero es descubierto, apresado y recluido en un frío y tenebroso
calabozo de la Penitenciaria de Trujillo,
donde permaneció durante 112 días (del 6 de noviembre de 1920 al 26 de febrero
de 1921). Su liberación fue fruto de las protestas y reclamo formal que hizo la juventud universitaria e intelectual
de todo el Perú. Aunque Vallejo fue al fin liberado de la cárcel, el proceso
jurídico continuó en los años sucesivos. El libro que nos entrega González
Viaña versa justamente sobre esta dolorosa etapaen la que el vate
santiagochuquino sufrió prisión, o para decirlo metafóricamente “bajo a los
infiernos”.
Vale recordar que este periodo de
encarcelamiento,no es para Vallejo un tiempo inútil o perdido dentro de su
biografía, sino, por el contrario, un tiempo de lectura incesante y profunda reflexión personal acerca del
hombre, el mundo y las cosas. Y como
Dante Alighieri que visita el infierno acompañado del poeta Virgilio,
González Viaña, con la técnica narrativa que lo caracteriza, nos lleva a través
de su relato a sondear los vericuetos más sensibles del alma y de la condición humana.
En la cárcel, Vallejo esgrime su pluma para calmar su sed de justicia. Allí
nacerán de su estro poético la mayoría de
versos que integran "Trilce" y los relatos de "Escalas”. Nótese
–refiere Ricardo González Vigil– que este es su título real y no “Escalas
Melografiadas” como se le ha llamado después, porque Vallejo quiere aprovechar
el doble significado de una “escala”: la de escalera de mano para escapar de los
muros de la prisión, y el de la escala musical, aquí de seis notas o textos que
anhelan la séptima nota, seguidos de una sección denominada “coro de vientos”,
para reforzar la connotación musical.
En “Trilce” César Vallejo, puntualiza Danilo
Sánchez Lihón, ya no versifica ni compone; le importa, sobre todo, la
sensación, la emoción y el vuelo del genio que marcan el ritmo, que imponen
el tono y el gesto en la expresión, dejando caer o surgir la palabra en la química pura de la poesía, sin andamiajes ni soportes,
donde está el abismo nato, donde las palabras explotan o afloran con libertad absoluta, con un impulso vital
inatajable, con una libertad que asombra y estremece, con un poder que ciega y que espanta.El lenguaje de “Trilce” es fundacional, las palabras emergen
como placas tectónicas de un subsuelo en estado de sismo, de tragedia cósmica,
donde se entresacan no sólo palabras nuevas, inusitadas y asombrosas –como si
ellas hubiesen estado esperando siglos o milenios para ser liberadas– para
surgir rotundas y naturales desde un infinito inaugural, donde se vuelven a
designar las cosas y las situaciones por vez primera, como si se descubriese
otra vez la realidad, o como si la vida –advertida a pedazos– se mostrase
entera, como si este mundo fuera a la vez otro mundo.
A
pesar de lo hermoso que este tiempo de prisión ha despertado en su espíritu, Vallejo no lo podrá olvidar
jamás y lo habría de recordar con estas palabras textuales:“El momento más
grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú“. Por esos días de
cautiverio escribió también premonitoriamente: “En suma, no poseo para expresar
mi vida, sino mi muerte”.
Al
cumplirse los 90 años de su encarcelamiento,bien vale recordarlo ahora, el
Poder Judicial del Perú, a través de un ilustre piurano(de Chulucanas para ser
más exacto), que ejercía entonces la
Presidencia de la Corte Suprema de la República, Dr. Francisco Távara Córdova,
tuvo a bien desagraviar, por primera vez en toda la historia peruana, a César
Vallejo Mendoza, llamándolo “injusto
reo” y con ese motivo organizó una serie de actividades académicas en su homenaje, que se desarrollaron en el Instituto de Estudios Vallejianos de la
Universidad Nacional de Trujillo, e1 14 de noviembre del 2007. Universidad en
la que como ha quedado dicho Vallejo estudió antes de viajar a Francia para
nunca más volver al Perú.En esa ocasión, el Dr. Távara entregó al Rector de la Universidad Nacional de
Trujillo, así como al Sr. Napoleón Cieza
Burga, Director del Archivo Regional de Trujillo, sendas copias del expediente judicial de Vallejo, empastado
en dos tomos para el estudio de los investigadores que por largos años habían
intentado leer el expediente de ese proceso judicial“desaparecido”, y del cual
Vallejo, dicho sea de paso, nunca fue absuelto. Razón por la cual, nos aclara
González Viña, el vate peruano no pudo jamás regresar de París. Pero lo más
importante de todo esto sea quizá que de la obra literaria juvenil de
encarcelado, Vallejo nos ha legado una experiencia de vida marcada con un
sentido espiritual y eterno, de tan aguda y honda sensibilidad, que se tradujo
en poesía inmortal que aún hoyconmueve al mundo, con casi un siglo de vigencia.
La
nueva novela que el escritor peruano Eduardo Gonzalez Viaña nos entrega esta noche,titulada:
Valllejo en los Infiernos, es también
un nuevo acto de desagravio para con ese
peruano ilustre que murió en París con aguacero, el 15 de abril de 1938.
Queridos amigos, los invito, pues, a leer las páginas de esta novela biográfica
con la altura e intensidad que Vallejo
requiere.
Muchas
gracias.
Intervención
Dr. Sigifredo Burneo Sánchez
Director General Instituto de Arte y Cultura Universidad Nacional de Piura.
ESTRUCTURA
LITERARIA
En la novela Vallejo
en los infiernos, de Eduardo Gonzáles Viaña, se parte de un hecho
histórico real, muy conocido en la biografía del poeta César Vallejo,
relacionado con los meses que pasó en prisión debido a la componenda nacional
sempiterna entre propietarios adinerados y miembros venales del poder
judicial. La necesidad gubernamental de
silenciar a las personalidades inteligentes que ejercen crítica racional sobre
un modelo económico injusto, basado en la explotación inmisericorde, condujo a
César Vallejo a las sombras y a la ignominia de la cárcel trujillana. No en
vano escribió el poeta, atribuyéndolo a una voz anónima, que “el momento más
grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú”. El funesto
acontecimiento sirve para que la novela de Gonzáles Viaña se organice y
desarrolle en más de un plano.
La estructura
básica de la novela es, sin duda, la técnica lineal; ya que la novela puede
leerse como una historia secuencial, donde los acontecimientos suceden uno
detrás de otro, respetando la línea temporal a que hemos acostumbrado nuestro
pensamiento occidental. Hay también un lugar donde se desarrollan los sucesos
objetivos, que es la cárcel de Trujillo y hay una historia central, que es el
tiempo encarcelado del poeta. Sin embargo, hay también alternancias paralelas:
la primera de la cuales está constituida por los recuerdos personales del
personaje presentados a manera de un monólogo interior, que pretenden diseñar
la imagen vallejiana como una personalidad en continuo proceso reflexivo sobre
sí mismo y sobre los acontecimientos familiares y sociales. Otra alternancia
está formada por la carga emocional y creativa del poeta, que brinda felices
hallazgos literarios del autor, al suponer los rasgos característicos del pensamiento
poético de Vallejo y al enlazar los acontecimientos propios de la investigación
biográfica con su presencia en los versos pertinentes. De esta manera, la
presencia de técnicas narrativas modernas, como el flash back y el racconto, enriquecen
la estructura básica de la novela y terminan proponiendo un mundo complicado y
versátil, que acontece ya no únicamente en la cárcel de Trujillo, sino en ese
ámbito misterioso y ambivalente que está entre lo diurno y lo nocturno, entre
la realidad y la ficción, entre la vigilia y el sueño.
“El infierno es
ese lugar donde no se ama” dice un verso de Teresa de Ávila; y, realmente, la
novela identifica la cárcel con el infierno, permitiendo la deducción de un
mundo donde el odio y la crueldad son referentes indispensables. En ese mundo
es donde Vallejo afronta su realidad inmediata de presidiario; pero, también,
el lugar donde realiza una serie interminable de procesos psíquicos, tanto de
valor individual como de valor social. El ideal estético, permanente eje
orientador de su vida, se manifiesta en relaciones emotivas de amor erótico, de
solidaridad social y de concepción ideológica.
La estructura de
la novela, entonces, responde a las necesidades creativas del autor, tratando
de cubrir los aspectos relacionados con las incidencias del relato, con los
agregados ficticios y con la carga ideológica que ejerce una severa crítica
sobre la realidad histórica peruana.
Intervención
Dr. Luis Antonio Vásquez Coronel
Asesor Cultural Asociación Civil Feria Internacional Del Libro De Piura
Agradezco la oportunidad
que me brindan la Derrama Magisterial, a su presidente: Lic. Pablo Elí Ocaña, y
a la Asociación Feria Internacional del Libro de Piura, a su presidente: Lic.
Landy Arrunátegui Vilela, para comentar el libro de nuestro poeta universal,
César Vallejo, escrito por un escritor ya universal, porque Eduardo Gonzales
Viaña, por décadas, se ha convertido en la voz de los inmigrantes, de los sin
tierra, primero desde Estados Unidos, y luego de los inmigrantes de cualquier
lugar del mundo. Recuerdo cómo, en mi pueblo natal, esperaba semanalmente su
Correo de Salem, a través de las páginas de un diario, para descubrir cómo la
lejanía del terruño lo revestía con inquietud, con nuevos bríos, y lo perfilaba
con nuevas aristas. Un ejemplo que me preparaba para cuando tuviera que dejar
mi pueblo natal. Mi padre,Jesús Vásquez Barboza, quien nació en Chepèn, pueblo
natal de Eduardo Gonzales Viaña, también debió emigrar hacia el Chimbote del
boom de la pesca, en la década de 1960. Es decir, estamos hermanados.
Y César Vallejo, sí, fue
un inmigrante. Gonzales Viaña debe haber reconocido en él a uno de los suyos, y
así a esa melancolía enervante, a esa marea creativa que empuja las
limitaciones hasta transformarla. Como bien lo definió Vincent Van Gogh, el
genial pintor holandés: “Amo la depresión que crea no la que estanca”. ¡Esa es,
pues, amigos, la prueba de la vida!
¿Cuál es la prueba que
pasa un poeta para perseverar en la conciencia de su gente? La simplicidad
profunda.Oxímoron, paradoja o lo que sea, pero
apuesto a que no sólo el académico, sino también el ciudadano de a pie,
el tendero, el cobrador de combi y hasta el canillita reconocerán, y hasta
recitarán algunos de los versos, al sonido de: “Me moriré en París…”,“Y yo que me
la llevé al río….” o “Puedo escribir los versos…”.La prueba más reciente de la
actualidad de nuestro poeta, César Vallejo, inesperada por de quien viene, se
dio hace unas semanas atrás, cuando la Jefa del Fondo Monetario Internacional, Christine
Lagarde, en su visita a nuestro país nos exhortó: “Hay, hermanos, muchísimo que
hacer.” En el mejor de los casos, esta honorable señora ya es de los nuestros,
o simplemente pretende hablarnos en nuestro mismo idioma, vallejo- humano-espiritual.
Por eso, Vallejo en los
Infiernos, de Eduardo Gonzales Viaña muy contrario a la previsibilidad, a la
asunción, a lo que tenemos por sentado con respecto del poeta, es desde ya un
ícono; y si aún no se le considera como tal, de todas maneras, puedo
asegurarlo, el tiempo le hará irrefrenable, abrumadora justicia. Porque Vallejo
en los Infiernos para hablar en términos actuales es una Vallejopedia.Pues, Eduardo
Gonzales Viaña tiene como punto de partida para escribir esta obra una
entrevista de hace 50 años al filósofo Antenor Orrego, amigo íntimo del poeta
en Trujillo donde éste amó y odió como nunca,y de quien, nos enteramos en el libro,
renunció a un viaje a París para favorecerlo; gestando así los resultados que hacen
posible, incluso, que esta noche estemos aquí reunidos. Además, el escritor de
Vallejo en los infiernos tiene el único y, hasta donde sé, exclusivo privilegio
de tener acceso a documentos de primera mano, como el diario de una de las
mujeres que más amó y sufrió el poeta, y algo que sinceramente a mí me emocionó
tanto que me ha sumido en una vigilia incalculable: una hoja de puño y letra de
César Vallejo, donde enumera sus sueños recurrentes, y entre ellos uno que lo
agobia para siempre: la cabalgata de unos heraldos negros.En este libro, sólo
para dar otro dato adicional, el lector podrá descubrir la identidad de la
andina Rita de junco y capulí y de cómo un grupo de intelectuales, como nunca
se ha vuelto a dar en el Perú, ni en otros países hermanos, latinoamericanos,
se amalgama y complementan el quehacer literario con el activismo político,
activismo palpable y sobre todo fructífero, como en las épocas de Cervantes y
Lope de Vega.
Consecuentemente, no
esperen, señores lectores, que la imagen parda, cohibida y misteriosa que Ud.
prefigura del poeta coincida con el que Gonzales Viaña no sólo describe, sino
que abunda, fundamenta en su biografía novelada que esta noche se presenta.Recuerdo
a uno de los críticos literarios más polémicos e influyentes de las últimas
décadas, el Profesor Harold Bloom, cuando después de ver la película
hollywoodense “Shakespeare enamorado” comentó cómo se resistía a aceptar que el
dramaturgo inglés alguna vez en su vida haya blandido espadas, en reyertas temerarias
para su sensibilidad. Algo parecido me sucedió con la lectura de Vallejo en los
infiernos, hasta tuve cierta angustia cuando imaginé a nuestro poeta enfrentando, decidido,
la fuga de un alto mando militar corrupto, ¡qué actual es esta obra!, en medio
de un incendio descomunal. Temí que se le arrugara el terno que todo le
conocemos, cuando finalmente fui yo el que acabo con los crespos hechos, por
esa escena tan bravía, contracorriente.
Por último, ya sé que en la
presentación de un libro lo más importante es la palabra de su autor, pero quiero
compartir una reciente experiencia, con la pequeña hija de unos amigos muy
queridos,Seneida,quien al ver el libro que esta noche se presenta que yo llevaba entre manos me dijo: “A mí me
gustan sus poemas”. Yo dudé al instante que a una niña le pudieran interesar o
más aún gustar unos poemas que siempre han traído el sello del sufrimiento, del
abatimiento. Entonces, me dediqué a
indagar el porqué , y sólo, recordando
la novísima lectura, y cuyo descubrimiento, mejor dicho cincelado,
agradezco a Eduardo Gonzales Viaña, hallé la respuesta: César Vallejo es un
adalid de nuestra ironía, peruana, universal. Sólo así, no tomándose muy en
serio la vida como se nos impone, ni siquiera las creencias que la alimentan o
descomponen, improvisándola, luego podemos reconstruirla.
Muchas gracias.
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