A propósito del fallecimiento del historiador Dr. Teodoro Hampe
Réquiem para un amigo leal y sincero
Juan Carlos Adriazola Silva
Director Casa Museo Grau
Vice Presidente ACFILPI - Piura
La muerte es una realidad que iguala a todos los seres humanos sin excepción. Sin embargo, hay quienes pasan por este mundo dejando huella indeleble en la vida de sus más próximos y en el de toda la sociedad de su tiempo. Uno de estos seres nos dejó el sábado 6de febrero pasado, se llamó Teodoro Werner Hampe Martínez (Lima, 1960). Su fructífera vida intelectual en el campo de la historia es digna de admiración, no sólo por la calidad de sus escritos, sino también por la cantidad de artículos, ensayos, reseñas, compilaciones y libros que ha dejado publicados en lengua española, muchísimos de ellos traducidos al alemán, francés e inglés.
En la década de los 80 en la que me formé en la Universidad de Piura,mi curiosidad por los temas humanísticos y especialmente históricos, me llevo a seguir a Hampe a través de los artículos que publicaba periódicamente en el decano de la prensa nacional. La galanura de su pluma, la precisión conceptual al exponer las ideas y el estilo ágil y conciso con que solía tratar los diversos acontecimientos y personajes de la historia nacional, especialmente de la etapa virreinal de la que era experto, haría que pronto me “enganchara” –como dicen actualmente los jóvenes– con este intelectual, a quien tuve la oportunidad de conocer personalmente en Piura, con motivo de las actividades que el Banco Central de Reserva, organizó por el Bicentenario de la visita al Perú de Alexander von Humboldt. Ese primer encuentro marcó el hito inicial de una fraterna y afectuosa amistad que perduró inalterable por cerca de tres lustros.
Graduado en Historia y Geografía, y en Educación por la Pontificia Universidad Católica del Perú, obtuvo en los años posteriores los más altos grados académicos en universidades del extranjero, lo que le llevó a convertirse, poco a poco, en un investigador de talla internacional. Asimismo, trabajó como profesor de pregrado y posgrado en varias universidades de Lima y en el interior del país.La honestidad y el rigor científico con que abordaba sus investigaciones, hizo que ganara codiciadas becas de estudio como: la de la Fundación Humboldt de Alemania, la del Ministerio de Ciencia e Investigación de Austria o la de laJohn Carter Brown Library de los Estados Unidos. Igualmente, ejerció docencia en las universidades de: La Sorbona París X yToulouse II (Francia), Berlín (Alemania), Complutense y Sevilla (España), Harvard y Brown (Estados Unidos), Católica (Chile)Sydney (Australia) y en el Colegio de México de la capital azteca.
Hampe no tuvo actitudes mezquinas o avaras con la información, fuentes o archivos que manejaba. Solía decir que “en el dar está el verdadero enriquecimiento de la persona”. Por ello fue siempre generoso con sus colegas y con los noveles historiadores que se le acercaban, y no escatimó esfuerzos en ayudarlos, promocionarlos y proveerles de recursos para sus investigaciones.Fue viajero impenitente e individuo cosmopolita. Sus contactos y cercanía con personalidades del mundo académico hispanoamericano y anglosajón eran envidiables. Con su brillante participación en infinidad de congresos, simposios y conferencias en los cinco continentes, honró cumplidamente a la intelectualidad del Perú.
Por la solidez de sus aportes y por la vocación peruanista de su obra histórica, Hampe deja a sus compatriotas un legado intelectual que irá tomando cada vez mayor importancia con el tiempo, ya que no fue fruto del azar o la improvisación, sino más bien el resultado del trabajo tesonero y la férrea disciplina académica que lo caracterizó. A quienes lo tratamos de cercaen Piura, sólo nos toca decir:¡Teodoro,gracias por el don de tu amistad!; e invocando al cielo, repetimos en lo más profundo de nuestro corazón:¡Dale, Señor, descanso eterno!